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The Legacy of the 14th Generation Master at Le Sanpei Kiln

El legado del maestro de la 14ª generación en el horno Le Sanpei

De Team MUSUBI

Yi Sam-pyeong, conocido como Le Sanpei (también escrito Ri Sanpei) en japonés, es una figura clave en la historia de la cerámica Arita, desempeñando un papel crucial en el desarrollo de la primera industria de porcelana de Japón. Su maestro, Kanagae Sanbei, de la decimocuarta generación, continúa su legado, creando cerámica de uso diario y, al mismo tiempo, produciendo obras especiales solo dos veces al año con un horno tradicional de ascensión.

Las piezas cocidas en el horno de ascensión capturan el encanto de la cerámica Imari temprana. Las distorsiones naturales y las marcas de rueda de la cocción realzan la calidez de la cerámica artesanal. Los suaves tonos del vidriado de ceniza y el vidriado de cobalto bajo cubierta crean una elegancia rústica, y cada pieza posee un carácter único.


El equipo Musubi visitó la tienda-galería del horno Le Sanpei, ubicado en el distrito de Uchiyama de la ciudad de Arita, prefectura de Saga. Esta zona histórica está rodeada de casas adosadas de paredes blancas y hornos de larga tradición, que conservan la esencia de la belleza y la tradición de la cerámica de Arita. En este histórico entorno, conversamos con el maestro horno de la decimocuarta generación para explorar el encanto perdurable del horno de ascensión.

El nacimiento de una obra maestra de cerámica

Durante la visita del Equipo Musubi a la galería, el maestro del horno demostró el proceso de torneado dando forma a un kodai-bachi (cuenco con base). A medida que la pieza iba tomando forma, la artesanía del maestro cobraba vida, revelando una historia de tradición y destreza.

Formulario de elaboración

El maestro del horno coloca la arcilla en el torno y con destreza comienza a darle forma. La arcilla gira silenciosamente, respondiendo a su tacto mientras se estira y se contrae, aparentemente guiada por sus manos.

Según él, la arcilla elaborada con piedra de cerámica de Izumiyama pierde su elasticidad si absorbe demasiada humedad, a diferencia de la arcilla común. Para evitarlo, en lugar de añadir agua directamente, los artesanos dan forma cuidadosamente a la pieza aplicando dobe —una mezcla de arcilla húmeda— en las yemas de los dedos. Además, en comparación con la piedra de porcelana Amakusa, comúnmente utilizada en la cerámica Arita, la arcilla elaborada con piedra de cerámica de Izumiyama presenta una mayor tasa de contracción, lo que requiere cálculos precisos para tener en cuenta los cambios de forma tras la cocción.

La cocción en horno de escala es un proceso artesanal que requiere ajustes meticulosos, lo que la hace inadecuada para la producción en masa. A diferencia de la cerámica cocida a gas, las piezas cocidas en horno de escala desarrollan un lustre, un brillo y una profundidad de color distintivos. En particular, el rico azul lapislázuli y el vibrante carmesí del vidriado rojo cobre emergen con una claridad y un resplandor excepcionales.

Al observar el proceso de cerca, uno se da cuenta rápidamente de que tal artesanía está fuera del alcance de los aficionados. La repetida frase del encargado del horno: «Todo es cuestión de experiencia», dejó una huella imborrable.

Pintando la porcelana

Una vez terminado el modelado, el siguiente paso fue pintar el diseño. Tras terminar su pincelada, el maestro de la decimocuarta generación reveló el resultado con picardía y dijo: «No es muy bueno, ¿verdad?».


Cuando nuestra entrevistadora, Nishina-san, rió entre dientes y comentó: «Tiene personalidad», el maestro del horno respondió: «Es una forma de decirlo». Continuó explicando que su esposa suele encargarse de la pintura o, a veces, la encargan a amigos o artesanos expertos.


Su esposa, de hecho, proviene de una familia de artesanos del horno y es ceramista. Al casarse, él le pidió que pintara para él. En el horno familiar, ella había perfeccionado su arte, ya que pintar sobre cerámica cocida en bizcocho requiere rapidez y precisión, habilidades que había perfeccionado con los años.

A medida que avanzaba la conversación, se hizo evidente su cálida relación y confianza mutua como socios y compañeros de trabajo. El esposo da forma, y ​​la esposa pinta. Su artesanía combinada da vida a cada pieza. Esta armonía es lo que realmente realza la belleza de su cerámica.

El arte de cocer en un horno de ascensión

La razón para utilizar un horno trepador

El maestro horno, de la decimocuarta generación, distingue claramente entre productos comerciales y creaciones artísticas. Si bien suele cocer piezas para la venta en un horno de gas, está profundamente comprometido con el uso del horno de ascenso —que se enciende solo dos veces al año— para crear obras de arte. Su dedicación a este método tradicional nace del deseo de acercarse a la cerámica elaborada por el maestro de la primera generación.

"En un horno de aspersión, incluso el mismo esmalte adquiere diferentes expresiones según cómo las llamas tocan la superficie. Esa imprevisibilidad es lo que lo hace tan cautivador", explica. Las llamas de leña envuelven la cerámica, creando variaciones inesperadas de color y esmalte que no se pueden replicar.

El maestro del horno también tiene un profundo compromiso con sus esmaltes. Mezcla cuidadosamente su propia fórmula con una mezcla de piedra de cerámica Izumiyama y ceniza. Esta composición única permite sutiles variaciones de color según el método de cocción, lo que añade una capa adicional de profundidad a su obra.


"El mayor atractivo del horno de ascensión es que no hay dos piezas iguales", afirma. Fiel a sus palabras, cada pieza tiene su propio carácter distintivo, lo que convierte el proceso de elegir una pieza en una experiencia en sí misma.

Desvelando las creaciones cocidas

La cerámica cocida en el horno de ascenso se enfría durante varios días tras el proceso de cocción antes de estar finalmente lista para su presentación. El equipo Musubi tuvo la fortuna de presenciar este momento.

El maestro de la decimocuarta generación, aunque sonriente, mostraba una ligera tensión en su expresión. Al abrir la puerta del horno, emergieron las piezas, cada una moldeada por las llamas del horno de leña. Un calor persistente llenaba la cámara, con un aire que recordaba al de una sauna. Al fondo, pequeños cuencos con patas estaban cuidadosamente dispuestos.

Con cuidado, el maestro horno extrajo cada pieza, inspeccionando meticulosamente los tonos y el desarrollo del esmaltado. «Esta quedó casi como esperaba», comentó, con la expresión cambiando con cada descubrimiento. Algunas piezas no se cocieron exactamente como se esperaba, pero esa imprevisibilidad es precisamente lo que hace que el horno de ascensión sea tan fascinante.

Cantera de Izumiyama: el origen de la cerámica Arita

El equipo Musubi fue guiado por el jefe del horno a la cantera de Izumiyama, un lugar que había surgido muchas veces en nuestras conversaciones con él.

Este sitio tiene importancia histórica ya que fue el lugar donde se descubrió piedra de porcelana abundante y de alta calidad, desempeñando un papel crucial al sentar las bases de la artesanía de porcelana temprana de Japón.

Ese día, la lluvia envolvía el paisaje, limitando la visibilidad. Sin embargo, al alzar la vista hacia Izumiyama, la fuente misma de la cerámica Arita, la escena parecía casi sagrada. Una vasta extensión, similar a una cantera, se extendía ante nosotros, salpicada de enormes piedras de porcelana, cuyas formas fracturadas semejaban rocas caídas. Era inimaginable que una cerámica tan exquisita pudiera surgir de este terreno.

Sin embargo, hace unos 400 años, Le Sanpei llegó aquí y vio su potencial. «Aquí es donde se puede fabricar porcelana blanca», declaró, sentando las bases de lo que se convertiría en la cerámica Arita, una tradición que perdura hasta nuestros días. La cantera de Izumiyama sigue siendo una parte indispensable de la historia del horno Le Sanpei.


“Aún utilizamos esta piedra de porcelana. A diferencia de la arcilla de otras regiones, tiene menor plasticidad y una tasa de contracción marcada”, explicó el encargado del horno.

La visión del Maestro de la 14ª Generación

Le preguntamos al maestro del horno de Le Sanpei, de la decimocuarta generación, sobre su mentalidad, su visión de futuro y sus pensamientos sobre la preservación de la tradición.

Al preguntarle sobre el maestro de la primera generación, el maestro del horno lo describió como «una figura inalcanzable, casi como una deidad», con una mirada llena de profundo respeto. Admitió con humildad: «Mi obra aún está lejos de ese nivel».

Hace cuatrocientos años, Le Sanpei fue traído a Japón, una tierra con una lengua y una cultura diferentes, y se le encargó la creación de cerámica. Las dificultades que debió enfrentar son inimaginables. Sin embargo, superó esos desafíos y consolidó la tradición de la porcelana japonesa. Eso, en sí mismo, es un logro extraordinario.

El maestro del horno, de la decimocuarta generación, también alberga una ambición: crear cerámica en Corea, utilizando arcilla coreana y un horno de escalada tradicional coreano.

Los cimientos de la cerámica deben permanecer arraigados en las formas históricas, pero adaptarlas a la era moderna es igualmente importante. Al igual que el maestro de la primera generación llegó de Corea a Japón, yo también quiero asumir un nuevo reto en Corea.

Sus palabras reflejan un compromiso de honrar la tradición mientras también mira hacia el futuro.

Su visión sobre la sucesión es igualmente clara. «Que mi hija continúe o no con este legado depende totalmente de ella. Sin embargo, si lo hace, espero que asuma nuevos retos acordes con los nuevos tiempos».

Al final de nuestra conversación, añadió una última reflexión: «No importa si se trata de un horno de ascensión o de un horno de gas. Pero espero que la piedra de porcelana de Izumiyama siga formando parte del proceso».

Su inquebrantable dedicación a los orígenes de la cerámica Arita, que ha perdurado durante más de 400 años, no es sólo una fuente de orgullo, sino un testimonio de su compromiso de preservar la tradición para las generaciones futuras.

Preservando la tradición, abrazando el futuro

La cerámica es más que una simple herramienta: es un reflejo de la cultura, impregnada del pensamiento y la historia de sus creadores. Las obras del Horno Le Sanpei perpetúan este legado, transmitiéndose de generación en generación.


Una vasija adquiere su verdadero valor cuando se usa. Nada me alegra más que saber que mis piezas forman parte de la mesa diaria de alguien. Estas palabras del maestro de la decimocuarta generación resonaron profundamente. Al sostener una pieza cocida en el horno de Le Sanpei, recuerde su historia.


Para garantizar que la tradición de 400 años de la cerámica Arita perdure, el jefe del horno continúa desafiando los límites y asumiendo nuevos retos. Esperamos con entusiasmo las obras que creará en los próximos años.

2 comentarios

@Jennifer L. Carmichael
Thank you so much for your kind words!
I’m truly happy to hear that the story resonated with you, and that you’re treating the pieces with such care. It means a lot to know they’re cherished.

Team Musubi

This is very inspiring story which is an honour to read and knowing the background of it all.
Thank you for sharing, truly Amazing!
I loved those pieces of which I have got and I do treat it with care.🙏❤️👍🙏

Jennifer L. Carmichael

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