La cerámica Bizen se ha moldeado a lo largo de más de 1000 años. Originaria de la pequeña aldea de Bizen, uno de los seis antiguos hornos japoneses, sus artistas han perfeccionado sus técnicas desde entonces. En la cerámica Bizen, había seis familias que habían estado bajo la protección del gobierno del shogunato desde el siglo XVII. El horno Hozan es conocido como una de ellas y continúa siendo hasta la fecha el legítimo sucesor de la cerámica Bizen.

La cerámica Bizen presenta un estilo único de gres llamado Yakishime, sin esmaltar y cocida a altas temperaturas durante más de diez días, con un patrón artístico creado por el fuego en el horno. Como alfarero tradicional de cerámica Bizen, Hozan Kiln se compromete a crear piezas distintivas y vibrantes que incorporan nuevas sensibilidades modernas, conservando al mismo tiempo la belleza tradicional de la cerámica Bizen.

Toshiaki Mori pertenece a la decimonovena generación de ceramistas en Hozan Kiln. No solo aprendió técnicas cerámicas de su padre, Yasushi, sino que también obtuvo una licenciatura en estudios del patrimonio cultural, convencido de la importancia de la cerámica Bizen en la cultura japonesa.

Cree firmemente que la cerámica Bizen no es una tradición para los artistas, sino una cultura para el pueblo y enfatiza su valor cultural, que enriquece la vida de las personas al encarnar el wabi-sabi, una estética tradicional japonesa que ensalza la belleza en la imperfección. Hoy, Toshiaki aspira a difundir la cultura japonesa al mundo a través de la cerámica Bizen, con un estilo que se adapta al gusto de la gente moderna.