Artesanía colorida: el viaje de Fujii Yuya hacia el arte de los palillos

En Japón, país conocido por su rico patrimonio artesanal, una artesanía tradicional suele transmitirse de generación en generación en el seno de una familia o ser adoptada por aprendices que buscan con pasión la oportunidad de dominar una habilidad. Sin embargo, también existen historias donde el destino juega su papel, guiando a las personas por caminos inesperados hacia el mundo de la maestría ancestral.

La trayectoria de Fujii Yuya en Matsukan encarna esta narrativa a la perfección. Su transición a un hábil artesano decorador de palillos es un viaje lleno de creatividad, marcado por una profunda conexión con su mentor. Descubre cómo Fujii continúa la técnica de pintura con pincel de la Serie Cristal de Matsukan y descubre cómo cada palillo que pinta es un reflejo de un arte que le apasiona.

Por un capricho del destino, Fujii, quien anteriormente era miembro del personal de apoyo escolar, descubrió su talento en el arte del diseño de palillos. Esta nueva dirección comenzó con una invitación del director de Matsukan, un reconocido fabricante de palillos de la prefectura de Fukui. Durante un encuentro fortuito en un festival local, le preguntaron a Fujii: "¿Te gustaría probar a diseñar palillos?". Estas palabras transformarían su vida, guiándolo desde los pasillos de una escuela hasta el estudio de Matoba Masayoshi, un experimentado artesano de palillos de Matsukan.

Bajo la tutela de Matoba, el creador de los palillos de la Serie Cristal, Fujii comenzó a pintar palillos sentado a su lado. "Siempre me animaba", recuerda Fujii con una sonrisa cariñosa. "Incluso cuando empezaba, veía algo en mis pinceladas y me felicitaba. Después de que Matoba-san fuera hospitalizado y tuviera que trabajar solo, me di cuenta de lo difícil que era pintar diseños hermosos por mi cuenta. Cuando estábamos juntos, su constante sonrisa hizo que mi aprendizaje fuera realmente agradable y cómodo".

Fujii compartió sus ideas sobre cómo su mentor desarrolló los coloridos diseños de la Serie Cristal. «Matoba-san solía inspirarse para los colores en las cosas sencillas que lo rodeaban. Prefería no tener una imagen fija en mente, ya que eso lo llevaría a esforzarse demasiado por replicarla. Su método consistía más en añadir colores libremente y ver adónde conducían».

Fujii sigue la línea artística de Matoba con un collage de tan solo cuatro colores: azul oscuro (casi negro), rojo, amarillo y azul, para adornar el pequeño lienzo de madera de un palillo. Dentro de la aparente simplicidad de cada palillo se esconde un universo de matices, con diseños inspirados tanto en la naturaleza como en la casualidad.

El diseño favorito de Fujii es el naranja soleado, que expresa la calidez y vitalidad que infunde en su obra. «Experimento con restos de pintura y creo nuevas combinaciones de colores. Matoba-san siempre creyó que la perdurabilidad de su arte se debía a su fidelidad a lo que mejor sabía hacer, sin dejarse llevar por las modas. Creo que es importante mantenerse fiel a los orígenes y, al mismo tiempo, estar abierto al cambio. Sin embargo, lograr ese equilibrio no es tarea fácil».

Le preguntamos además sobre los detalles de cómo pinta cada palillo.

El proceso comienza con la cuidadosa elección del orden de aplicación del color, esencial para lograr los tonos y efectos deseados. "Por ejemplo, para los palillos Crystal Moss Pink y Wisteria, aplico primero el azul claro. Generalmente, empiezo con los colores más claros y voy avanzando hacia los más oscuros". Este método garantiza la integridad y la vitalidad de cada color. "Si empiezas pintando colores más oscuros, la mezcla se vuelve un poco caótica, incluso si los añades en cantidades iguales. Por eso agrego el color más oscuro al final".

La selección de los pinceles también es esencial; Fujii utiliza entre siete y ocho pinceles, cada uno elegido por su textura y firmeza específicas, evitando cerdas demasiado duras como las de cerdo.

Completar la decoración de un par de palillos, como los Crystal Yozora, suele tardar alrededor de un mes y medio. Esto incluye múltiples capas de pintura, secado y acabado. Fujii señala que, entre los numerosos pasos que se siguen en el proceso de su estudio, garantizar una calidad consistente en todos los palillos, especialmente en las etapas de acabado y pulido, supone un reto considerable. Señala: «Acertar en estos pasos finales es crucial. Si no se realizan correctamente, incluso la pincelada más intrincada pierde su brillo original».

Al concluir nuestra conversación, Fujii reflexionó sobre una enseñanza fundamental de Matoba: «No eres un verdadero aprendiz a menos que superes a tu maestro». Estas palabras, pronunciadas a menudo durante charlas relajadas en el estudio, resonaron profundamente en Fujii, sobre todo viniendo de Matoba, quien por lo general era un alma gentil.

Este principio rector se refleja en cada par de palillos que Fujii crea. Sus piezas son una vibrante expresión artística, cada una pintada con colores que cuentan una historia, pincelada a pincelada minuciosa.

Matsukan, con sede en la ciudad de Obama, prefectura de Fukui, es un productor líder de palillos lacados, inspirados en la artesanía tradicional de la laca Wakasa. Desde sus inicios en 1922, Matsukan se ha dedicado exclusivamente a la fabricación de palillos. Si bien honra la intrincada artesanía y la perdurable artesanía de la laca Wakasa, sus productos están cuidadosamente diseñados para complementar la vida contemporánea.