Una de las técnicas más reconocidas de la cerámica Kutani, el akae-saibyo, se originó en el período Edo (1603-1868 d. C.). Esta técnica se perfeccionó en el horno Miyamoto a finales del período Edo.

Los artesanos utilizan un pigmento rojo de óxido de hierro llamado bengara para crear motivos detallados, como aves, flores, paisajes y figuras humanas. Si bien algunas piezas presentan detalles dorados, la mayoría se realizan únicamente con rojo.

Las obras elaboradas con la técnica akae-saibyo presentan líneas uniformemente finas, a veces de hasta 0,1 mm (aprox. 0,004 pulgadas). Mediante un diseño meticuloso, los artesanos varían la densidad de las líneas para lograr diferentes tonos de rojo, lo que aporta profundidad y dimensionalidad a los patrones. Al representar figuras humanas, incluso las expresiones más sutiles de cada mechón de cabello cobran vida con gran viveza. En ilustraciones de la naturaleza, como aves, flores y olas, las pinceladas rojas transmiten vitalidad y belleza dinámica, dejando una fuerte impresión visual y emanando un aura única.

El padre de Fukushima Reiko, Fukushima Buzan, es un reconocido maestro artesano del akae-saibyo. Bajo su guía e influencia, Reiko emprendió su camino de aprendizaje y creación de akae. Cree que las líneas poseen personalidad propia; algunos artistas dibujan líneas fuertes y audaces, mientras que otros crean líneas suaves y delicadas. Reiko continúa creando diseños que reflejan su estilo único, con líneas que evocan una sensación de suavidad y calidez.

El akae-saibyo, que utiliza prácticamente un solo color, puede mostrar una amplia gama de efectos expresivos y ofrecer diversas experiencias visuales. Gracias al profundo conocimiento del artesano en esta forma de arte, cada pieza está impregnada de vitalidad y un carácter distintivo. Mediante una pincelada meticulosa y una destreza excepcional, Reiko infunde sus emociones y pensamientos en sus creaciones, convirtiendo cada pieza en una expresión de arte y un vehículo de herencia cultural.