Copa de sake Yohen Tenmoku

Un fragmento del cosmos plasmado en arcilla, la Copa de Sake Yohen Tenmoku encarna tanto la historia como el misterio. Su superficie profunda y brillante reluce con patrones celestiales: halos iridiscentes y orbes flotantes que se mueven con la luz, evocando un universo infinito entre sus paredes curvas.

El yohen tenmoku , cuyo origen se remonta a un único horno durante la dinastía Song del Sur en China, hace más de 800 años, estuvo perdido en el tiempo, creyéndose su creación inalcanzable. El maestro ceramista Dobuchi Yoshiaki ha revivido con esmero este esmalte, fruto de una experimentación incansable y devoción por un arte que desafía el control.

El efecto hipnótico nace de una arcilla cuidadosamente seleccionada y un esmaltado mezclado con precisión, con capas meticulosamente controladas para crear algo que, en última instancia, queda al azar. El fuego y el aire moldean cada pieza de forma impredecible, creando un paisaje de color y profundidad. A medida que la mirada se dirige hacia la base de la taza, emerge un resplandor cada vez más intenso. Su brillo se despliega bajo la luz natural, donde el reflejo y la luz difusa revelan detalles intrincados.

Más que un recipiente, es un llamado del pasado, renacido a través de la artesanía dedicada y la perseverancia de Dobuchi.

Dobuchi Yoshiaki

Dobuchi Yoshiaki, director de cuarta generación de Touan en Kioto, se especializa en tenmoku : una técnica ancestral apreciada en cerámica por su profundidad y complejidad. El tenmoku ha inspirado a generaciones de alfareros con su acabado reflectante, su impactante esmaltado negro y sus intrincados patrones. La obra de Dobuchi refleja tanto maestría técnica como visión artística; cada pieza se basa en el pasado y construye un futuro creativo innovador.

La cerámica Kyo y la cerámica Kiyomizu, conocidas colectivamente como Kyo-yaki o Kiyomizu-yaki, son artesanías apreciadas de Kioto. A diferencia de otros estilos de cerámica, integran diversas técnicas de todo Japón, dando como resultado piezas únicas hechas a mano. Cada pieza se elabora meticulosamente, desde el moldeado en el torno hasta la intrincada pintura, mostrando una excepcional destreza en el modelado y delicados diseños.

Con una rica historia entrelazada con la cultura tradicional japonesa, la cerámica Kyo y la cerámica Kiyomizu son reconocidas por su refinamiento artístico y elegancia. Conocidas por sus vibrantes y detalladas pinturas, fueron reconocidas oficialmente como artesanía tradicional por el gobierno japonés en 1977. Hoy en día, estas cerámicas son apreciadas por su alta calidad artística, que representa tanto la artesanía histórica como la sofisticación estética.