La cerámica Mikawachi es un testimonio de siglos de maestría en la porcelana japonesa, donde la interacción de la luz y la arcilla crea obras de extraordinaria belleza. El secreto reside en su distintiva textura de porcelana, lograda mediante materiales cuidadosamente seleccionados y técnicas de cocción precisas, perfeccionadas durante cuatro siglos. Esta composición única da como resultado piezas con una calidad casi luminosa, donde la luz parece brillar en la superficie blanca translúcida en lugar de simplemente reflejarse.

Para Nakazato Ichiro, la elaboración de crisantemos de porcelana ( kikka-kazari zaiku ) encarna un diálogo espiritual entre el artesano y los materiales. Al comenzar su trabajo, sus esbeltas y delicadas herramientas de bambú se convierten en extensiones de su visión artística. Maneja cada herramienta con suavidad, logrando que cada movimiento sea preciso y fluido. Partiendo del corazón de la flor y trabajando hacia afuera capa por capa, levanta meticulosamente cada pétalo, imprimiéndoles curvas naturales y capas intrincadas.

Bajo las hábiles manos de Nakazato, la superficie de porcelana blanca aparentemente simple florece gradualmente con vitalidad tridimensional, como si pétalos reales revolotearan elegantemente en la brisa.